Un grupo de desconocidos, de diferentes edades y sexos, se encierra en una casa durante varias semanas, para convivir entre ellos, mientras todo es grabado y emitido por la televisión. Una idea salvaje que revolucionó la forma de hacer audiencias en el mundo entero a principios del siglo XXI, y que llevó el entretenimiento a un nuevo nivel. El morbo de seguir la vida de varios desconocidos, que se convierten prácticamente en nuestra familia durante la emisión del programa, para ver sus peleas, sus enamoramientos, sus emociones… Todos llevamos un voyeur en nuestro interior. Todos sentimos curiosidad por la vida de los demás, por cómo reaccionan ante los sucesos que hay a su alrededor. Poder disfrutar de eso sin la necesidad de ocultarnos, exponiéndose los propios protagonistas por su voluntad ante millones de espectadores, era un sueño hecho realidad. Nacía así Big Brother, o Gran Hermano, como se llamó en los países de habla hispana. El formato fue creado por la productora holandesa Endemol a finales de los años 90. La televisión en Países Bajos estaba dando un giro hacia este tipo de programas, conocidos como reality shows.
No es que Gran Hermano fuera el primer formato de este tipo, pero sí consiguió ser el pionero en conectar con las grandes audiencias. La premisa era muy sencilla, y el programa aprovechaba la convivencia de estos desconocidos para sacar tajada de sus discusiones y sus intensos escarceos amorosos. Tras su primera edición en Holanda, muchos otros países compraron el formato, que se ha estado emitiendo por todo el mundo durante estas dos décadas. En este tiempo ha pasado de todo en la casa de Gran Hermano. Ha habido peleas, agresiones, pero también enamoramientos, bodas y sexo, mucho sexo. Si bien al principio, en las primeras ediciones, los concursantes se mostraban tímidos ante las cámaras, poco a poco ese tabú se ha ido desvaneciendo. Habitualmente con la sábana por encima, muchas parejas han tenido sexo delante de todo un país dentro de la casa de Gran Hermano. Y por supuesto, en la edición brasileña tampoco podía faltar el famoso edredoning, así como otras muchas polémicas que han convertido esta versión en una de las más destacadas.
Versión carioca del popular show de TV
Tras su estreno en Países Bajos, la productora Endemol vendió el formato de Big Brother a muchos otros países. Las audiencias que conseguía el programa eran millonarias, una auténtica revolución en la televisión, y poco a poco muchas televisiones mundiales fueron sumándose a este fenómeno. No solo se ofrecía un formato que daba jugo en su propia emisión, sino también llenaba de interés otros programas de la cadena, con resúmenes, debates, etc…
Big Brother llega a Brasil en el año2002, a través de Globo TV, una de las cadenas más importantes del país. Fueron doce los concursantes de aquella primera temporada, que se mantuvieron en la casa 65 días, un periodo usualmente más corto de lo habitual en estos shows. Las audiencias millonarias permitieron que poco después, ese mismo año 2002, se comenzara con la segunda edición.
Más de veinte ediciones
El programa comenzó por todo lo alto, y aunque es cierto que con el paso del tiempo su interés se ha ido diluyendo para la audiencia, puede presumir de ser, en Brasil, una de las versiones con más temporadas. La última de ellas se llevó a cabo a principios del año 2022, siendo la vigésimosegunda temporada del reality en el país carioca. Durante estas dos décadas el formato ha ido cambiando, incluyendo a personalidades famosas para participar junto a personas anónimas, o combinando dos casas con dos grupos diferentes. Es cierto que la dinámica del reality show debe ir reciclándose cada cierto tiempo para no aburrir al espectador, pero la verdadera esencia de estos programas está en el casting. Cuando tienes a un buen grupo de participantes sabes que tu show va a salir bien.
En Big BrotherBrasil ya descubrieron en las primeras ediciones que debían buscar perfiles carismáticos, personas que chocaran entre sí. Si la convivencia era perfecta y no había una sola pelea, el programa carecía de conflicto y la gente se aburría. Con el paso de los años y la fama de los concursantes de las primeras ediciones, la casa de Big Brother Brasil se ha llenado de personajes buscando sus quince minutos de fama. Esos perfiles dan mucho juego pero pueden llegar a ser peligrosos, porque se pierde la esencia de la verdadera convivencia entre anónimos. Como en otros países, Big Brother Brasil se ha convertido ya en un auténtico show donde lo que importa no es el vivir en la casa, sino las relaciones de los concursantes.
Sexo en vivo, actores porno, escándalos…
Veintidós ediciones dan para mucho, sobre todo en un programa en el que hay tanto foco mediático como en Gran Hermano. Al principio, los concursantes no eran del todo conscientes de la fama que iban a conseguir. Sin embargo, a las pocas ediciones se dieron cuenta de que aquello era un filón, un trampolín para hacer carrera. Por Big Brother Brasil han pasado todo tipo de concursantes, desde músicos a bailarines, actores e incluso políticos. También actores y actrices eróticas, que han vivido momentos tórridos en la casa. El sexo ha sido uno de los grandes ganchos en muchas ediciones, con parejas que se creaban dentro de la casa y no tenían remilgos en convertir la emisión casi en una película pornográfica a los pocos días.
Tampoco ha estado exento de polémica este reality, con ediciones en las que ha habido incluso violencia machista y agresiones muy desagradables. Hace unos años, la seguridad del programa tuvo que reforzarse ante la salida de Karol Conká, una rapera que había sido expulsada por el 99% de los votos, consiguiendo así también el record en una votación a nivel mundial. Gran Hermano Brasil se ha caracterizado por sus concursantes extremos, con personalidades muy intensas, que han dado mucho juego al programa, aunque también han dado lugar a situaciones complicadas. La censura en los desnudos también ha sido habitual, aunque se han filtrado numerosas imágenes de participantes en la cama o en la ducha, mostrándose desnudos por completo.
¿Una fórmula agotada?
Si en los primeros años se llegaron a dar dos y hasta tres ediciones de Big Brother Brasil por año natural, en los últimos tiempos la fórmula parece algo más agostada. El programa se sigue emitiendo, aunque mucho más espaciado. En otros países, como Francia, Alemania o España, la versión de personas anónimas ya ha cedido su puesto a GH VIP, una alternativa con personajes famosos y celebridades.
¿Se nos ha agotado la paciencia y el morbo con un formato como este? Es posible que el interés ya no sea el mismo que las primeras ediciones, pero en Brasil, el programa sigue funcionando bien en audiencias, siempre que se logre dosificar su emisión. Se especula con que en 2023 volverá a TV Globo, pero no hay nada confirmado por ahora.