Las imágenes del carnaval de Río de Janeiro, que se celebra normalmente a finales de Febrero, suelen dar la vuelta al mundo. El colorido de esta fiesta, con sus desfiles y su alegría, es reconocido en todo el planeta. De hecho, Brasil recibe muchos visitantes en esta época del año, seguramente la mejor para disfrutar de este país, que vive entonces el final de su verano. Hay otros carnavales en el mundo, tal vez igual de coloridos, con la música como protagonistas, con gran despliegue de disfraces… Pero está claro que cuando uno habla de carnaval, lo primero que se le viene a la cabeza es la samba, ese ritmo que no se puede dejar de bailar. Y lo segundo, por supuesto, son las imponentes chicas brasileñas que se pasean medio desnudas en ese desfile, marcando el paso con una soltura increíble, y la sonrisa perenne en la cara.
Las mujeres brasileñas tienen fama de ser muy hermosas y sugerentes. Hay algo en ellas que hace que los hombres se vuelvan locos de puro deseo. Son coquetas y presumidas, y siempre buscan estar lo más guapas posible tanto para ellas como para los chicos. Las playas de Río son también un lugar único en el mundo, seguramente el sitio con más belleza por metro cuadrado de la Tierra. Chicas con bikinis diminutos, algunas incluso en topless, algo no tan habitual, pero cada vez más común. Mujeres presumiendo de sus cuerpos de infarto, de esos culos que parecen de otro mundo. Y un ambiente liberal y abierto que hace que los hombres también se sientan más cómodo con todo lo que ven y disfrutan. No es de extrañar, por tanto, que muchos hombres también visiten Brasil con la intención de tener encuentros intensos e íntimos con estas mujeres. Probar el verdadero fuego en la sangre de una brasileña es una de esas experiencias que no deberíamos dejar pasar jamás. Y si hace falta pagar por ello, para estar con una profesional exuberante y que conozca bien nuestras fantasías, será un dinero bien invertido.
Prostitución en Brasil
La situación de la prostitución es Brasil es bastante compleja y difusa. Este trabajo no está penado, y de hecho es reconocido incluso por el Ministerio de Trabajo del país. Sin embargo, tampoco está regularizado, y por tanto, las trabajadoras sexuales carecen de cualquier tipo de derecho. Es un limbo parecido al que sufren en España o Portugal, donde todavía no hay leyes ni a favor ni en contra de la prostitución. Todos saben que hay trabajadoras sexuales en Brasil, y de hecho, hay zonas que están repletas de ellas. Como en muchos otros lugares, viven marginadas, tratando de salir adelante y sobrevivir como pueden. Estigmatizadas por la sociedad, sorprender que luego muchos de los clientes sean propios brasileños, vecinos en muchas ocasiones de estas amantes profesionales.
Cómo son las prostitutas brasileñas
Si bien la situación que viven no es perfecta, y la prostitución no es legal como tal en Brasil, tampoco es delito pagar por ella u ofrecerla. Es por eso que muchas chicas se dedican a esto en el país, más de un millón y medio, según los últimos cálculos. Estas cifras son algo dudosas, porque tener datos concretos de un trabajo no regulado es complicado. Sin embargo, basta con darse un paseo por las ciudades más grandes, de norte a sur, para comprobar que seguramente la cifra se quede corta. Las chicas brasileñas suelen comenzar pronto en este trabajo, para obtener un dinero extra. Las hay de todo tipo, como suelen pasar en este negocio, desde humildes y maduras, hasta las más jóvenes y de alto standing.
Lo que tienen en común la mayoría de ella, eso sí, es su pasión desenfrenada. Incluso aquellas que no son tan atractivas son capaces de saciar a los clientes en cualquier cosa que les pidan. Porque llevan dentro esa sangre caliente que enaltece sus deseos, y les permiten llegar mucho más lejos en el placer. Su exuberante cuerpo es también un rasgo común de estas amantes, sobre todo de las jóvenes. Son chicas voluptuosas, a veces operadas, otras cien por cien naturales, que trabajan mucho en el gimnasio para estar perfectas. Bellísimas y con ese toque de morbo exótico que las hace destacar. Desde las morenas de tez oscura hasta las rubias de ojos claros, la variedad de escorts en Brasil es sencillamente maravillosa.
La sexualidad de las brasileñas
Está claro que no basta con ser bonita o tener un buen cuerpo para triunfar en esto del sexo profesional. La pasión es lo que determina el éxito o el fracaso de una profesional del sexo, y cualquiera puede darse cuenta, comparando a una brasileña con otra chica de cualquier país. Las garotas cariocas lo tienen claro a la hora de implicarse con nosotros porque son mucho más abiertas e intensas en el terreno sensual. Eso las hace perfectas para dedicarse a esto del placer profesional, siendo capaces de satisfacer incluso a los hombres más exigentes. No es de extrañar, por tanto, que muchas deciden alzar el vuelo y emigrar a otros países, en Europa o Estados Unidos, para tener una vida más cómodo con este trabajo.
Dónde encontrar a estas escorts
Las escorts brasileñas son consideradas por muchos las más bellas y sexis del planeta. Habrá quien discuta eso, pero nadie puede negar que son mujeres exuberantes y morbosas, capaces de crear momentos íntimos increíbles. Y es que además, la variedad de la belleza brasileña, de la mezcla de genes indígenas y europeos, ha permitido que estas chicas destaquen allá donde van. Si vienes a Brasil y quieres probar a una buena escort de lujo, seguramente lo mejor sea buscar por Internet. Hay páginas y plataformas que te ayudarán a encontrar los locales donde puedes disfrutar de estas chicas. Incluso muchas de estas amantes están ya trabajando por su cuenta, contactando con los hombres a través de Internet.
Las calles de Brasil también siguen llenas de prostitutas, especialmente en determinados barrios y zonas. Puedes encontrarlas también en las playas, aunque es cierto que a veces cuesta distinguirlas, entre tanta belleza. Las discotecas y los bares de zumos son también un lugar habitual para toparte con estas mujeres. Suelen ser altas, exuberantes y con llevar vestidos muy atrevidos, así que no te costará tanto localizarlas. Pasar un buen rato en la habitación de tu hotel, o en su sitio privado, será una de las mejores alternativas para poner el broche de oro a una noche de fiesta por Brasil. Un recuerdo imborrable, marcado a fuego en tu piel, con los ardientes labios de una muchacha carioca.