Brasil ha sido siempre una rara avis en su continente, un país muy importante y poderoso, pero atípico dentro de Sudamérica, donde la práctica totalidad de sus naciones tenían al español como idioma principal, mientras que en el país carioca se había mantenido el portugués de los primeros descubridores. Esta simple diferencia ha marcado también la forma de vida y la propia cultura del país, que muchas veces queda fuera de esa extraña acepción que tantos le dan a Latinoamérica. ¿Son los brasileños también latinos? Por supuesto, pero no de la misma forma que paraguayos, argentinos o colombianos. Existen otros países menores en esa misma zona que tampoco comparten el español, como Surinam o Trinidad y Tobago, pero ni mucho menos llegan a la importancia con la que cuenta Brasil no solo en la región, sino en todo el mundo.
Siempre ha sido un país distinto, envuelto en la alegría y el colorido de sus fiestas y su pasión por la vida alegre, pero también en la violencia, en la inseguridad y en la gran brecha social y económica que podemos encontrar en muchas de sus grandes ciudades. Esa realidad, casi siempre en conflicto, ha servido para que los escritores y poetas brasileños puedan desarrollar un estilo que, aun pareciéndose al de sus vecinos, tiene puntos muy diferentes que logran diferenciar la literatura brasileña de cualquier otra. Surgida como casi todas las de aquel continente en el último siglo y medio, Brasil ha logrado colocar a muchos de sus escritores entre los más importantes del pasado siglo XX y el nuevo siglo XXI, siempre aportando una visión diferente y especial de la realidad a través de sus relatos, novelas que normalmente suelen tirar hacia el realismo.
La literatura brasileña en sus diferentes periodos
Cuando hablamos de literatura brasileña nos ceñimos a todo lo producido en el país desde su independencia, que tuvo lugar en 1822. Anteriormente a eso, Brasil pertenecía al Imperio de Portugal, y la producción literaria se contaba como parte de la literatura lusa. Había precedentes, por supuesto, incluso ya en el siglo XVI, como la Carta de Pero Vaz do Carminha, dirigida al rey Manuel I, en la que se contaba cómo era la vida en el país en aquel momento, un relato costumbrista pero ya autóctono. Llegan al siglo XIX, el movimiento independentista dio alas también a muchos autores para que pudiera exponer sus propias ideas nacionalistas, contando historias que ensalzaban el sentimiento patriótico. Poetas como Gonçalves de Magalhães insuflan, a través de su obra en verso, los primeros hálitos de vida a la literatura meramente brasileña.
El romanticismo sería uno de los periodos más importantes en ese nacimiento, con una gran cantidad de jóvenes brasileños formados en Europa que volvían con nuevas inquietudes a su país. A finales del siglo XIX la tendencia literaria del país viró hacia el Realismo, que ya triunfaba en muchos otros países sudamericanos. Luego llegarían las otras corrientes, ya en el siglo XX, como el Modernismo y el Post-modernismo, que se hicieron eco de todo lo que ocurrían en Estados Unidos y Europa, pero también consiguiendo dotar de una parte especial a su propia literatura, una marca de la casa totalmente diferente que permitía destacar a escritores como Mario de Andrade o Jose Amado. Era una época de cambios constantes en el país, de modernización, pero también de insurrecciones políticas, momentos tumultuosos que sirvieron de caldo de cultivo perfecto para los escritores brasileños que forjaron la auténtica identidad de la literatura del país en el último siglo.
Obras de la literatura brasileña
Si nos ceñimos a los casi dos siglos de obras netamente brasileñas, contamos con muchas de importancia. Suspiros poéticos y anhelos, la primera obra romántica de Gonçalves de Magalhães, debe aparecer por la gran influencia que provocó en aquel siglo. También Capitales de Arena, de Jorge Amado, uno de los autores más destacados de la literatura carioca. Machado de Asis encumbró el modernismo con Memorias póstumas de Bras de Cubas, y la Historia de Dos Amores de Carlos Drummond de Andrade también se considera un pilar indispensable para entender la literatura brasileña. Ya metiéndonos en la época más actual, es imposible dejar fuera una obra como El Alquimista, de Paulo Coelho, autor odiado y amado a partes iguales, pero sin duda alguna el brasileño más leído en todo el mundo.
Autores de la literatura brasileña
Gonçalves de Magalhães comenzó la tradición romántica en Brasil insuflando a sus versos un tono patriótico y ensalzando las virtudes de un país que había conseguido recientemente la independencia y quería formar su propia visión del mundo. Manuel Antonio de Almeida y Joaquim Machado de Assis también dieron un gran impulso a la literatura carioca a finales del siglo XIX. El modernismo llegó con Carlos Drummond de Andrade y Jorge Amado, uno de los nombres más conocidos en el extranjero. Raquel Queiroz y Clarice Lispector ponen el punto femenino a la lista, siendo indispensables para entender el surgimiento de la nueva ola brasileña en la segunda mitad del siglo XX. Y por supuesto, Paulo Coelho, el autor más vendido de toda Brasil.
La literatura brasileña en la actualidad
En el mundo globalizado en el que vivimos cada vez es más complicado encontrar una literatura que sea realmente diferente y cuente con puntos definitorios que la hagan destacarse. Sin embargo, la literatura brasileña conserva esa visión entre el realismo y el romanticismo que muchas veces ha maravillado a los lectores en otros países del mundo. Coelho sigue siendo, para bien y para mal, el autor más leído y vendido de todo Brasil. Bernardo Kucinski se hizo un nombre con Las Tres Muertes de K, un thriller que demostraba que no solo los nórdicos sabían escribir sobre crímenes truculentos. Raduan Nassar se ha convertido también en una de las voces más interesantes, con relatos íntimos pero imponentes, y con una prosa desgarrada y precisa, demostrando que hay mucho futuro en la literatura brasileña.