La visión del sexo en Brasil siempre ha sido mucho menos estirada y cerrada que otros países del planeta. Incluso dentro de la propia región sudamericana, Brasil ha destacado por una forma muy diferente de entender el morbo y la pasión, sin tanto recato. No hay más que darse una vuelta por las playas más populares del país o visitar el imperdible Carnaval de Río para entender que la desnudez y el morbo son parte del ADN brasileño. Y eso que el país no se libra de tener también su parte religiosa, con una mentalidad mucho más cerrada. Sin embargo, las brasileñas ya no van a dar ningún paso atrás a la hora de mostrarse como son y sacar partido a su belleza y sensualidad. Lo hacen en las calles, en las playas, en cualquier evento, y muchas veces fuera de nuestras fronteras, donde las modelos y actrices triunfan por todo lo alto.
Es por ello que el porno debía crecer antes o después como industria en el nuestro país. Si bien la eclosión de este sector ha tardado algo más de lo debido en darse, hoy en día Brasil puede presumir de ser toda una potencia en lo que a porno se refiere, al menos dentro de su territorio. Las comparaciones con Estados Unidos son insalvables, por supuesto, pero de ahí también viene el éxito del porno brasileño. Es diferente al del resto del mundo, más agresivo, más intenso y a la vez, más morboso. No se parece en nada a esas estilizadas escenas que se producen en Norteamérica o Francia, y tampoco al porno europeo o asiático. Otro gran punto a favor del porno en Brasil son las actrices, mujeres absolutamente irresistibles que presumen de una belleza y una pasión deliciosas. Cuerpos exuberantes y curvas que son el delirio de cualquier hombre que las pueda ver a través de una pantalla. De ellas se nutre una industria que sigue creciendo, adaptándose también a los nuevos tiempos y produciendo incluso programas originales, como el date show Na Intimidade, un formato que ha tenido una gran repercusión en buena parte del planeta.