En la mayoría de países civilizados y del primer mundo, incluso en buena parte de los países desarrollados o en vías de desarrollo, el sistema político imperante suele serla democracia representativa, aquella que permite, a través del voto personal e intransferible, elegir a los líderes políticos que comandarán las acciones del país, tanto en política interior como exterior. Durante el periodo de mandato, que por lo general se suele extender a lo largo de cinco años, son esos políticos los que dirigen el país y deciden por su cuenta qué es lo mejor para todos. ¿Es un sistema perfecto, o solo el menos malo de todos los que existen?
Cada vez más gente está pensando que sus votos no sirven realmente de mucho, cuando el destino de su futuro lo deciden unos tipos trajeados que se reúnen muy de vez en cuando en foros y cumbres mundiales, tomando decisiones que afectarán luego a sus países, pero sobre todo, a sus ciudadanos, porque ellos suelen estar a otro nivel. Uno de estos foros es el conocido como G-20, seguramente el más importante a nivel internacional, por congregar a dos decenas de países desarrollados y en vías de desarrollo, que suponen casi el 85% de la producción mundial.